Después de todo un año, sentados en el mismo lugar, con la misma gente, los mismos profesores, nuestros enormes, pesados y aburridos libros de texto y todo lo que ellos conllevan; los exámenes...
Hemos puesto todo nuestro esfuerzo y empeño por salir adelante en el curso y hemos sacrificado muchas horas de diversión para poder conseguir lo que andamos buscando en el futuro y hemos tenido más de un tropiezo en el camino.
Llevamos más de nueve meses pensando en el Verano, sumergidos entre las amontonadas hojas de papel llenas de apuntes (... y algún que otro dibujo chorra entre ellos), y ya todo se termina.
Solo queda un último esfuerzo más para terminar el camino y poder tomar uno nuevo que nos lleve más allá.
Unos días en los que sentiremos que vamos a explotar del estrés y el agotamiento que llevamos encima, pero que desaparecerá de un momento a otro en cuanto nos den las dichosas notas y podamos ir a casa simplemente a hacer... NADA (bueno, eso los que no hagan selectividad, pero unos días de relax habrá que tener, digo yo) y comenzar de una vez el ansiado Verano hasta su fin.
¡Pero no todo es malo!
Hemos pasado momentos muy... "especiales" por así decirlo...
Se ha dicho o hecho alguna que otra burrada por parte de varios compañeros, hemos pasado el tiempo libre haciendo varias tonterías... que ahora no no se podría decir ni de donde salieron,...
Todo esto, todo lo que hemos hecho este año, forma parte de la gente que nos rodea, y que aparte de su propio bien, busca también el de los demás. ¿Que sería de la sociedad si la gente es tan egoísta de perseguir tan solo su felicidad sin pensar en el resto?
Por último, quisiera decir que, después de todo este trayecto, siempre hay gente que se queda en el recuerdo durante toda la vida; aquellos con los que has compartido tantos buenos momentos que te gustaría no dejarlos marchar.
