El paso del tiempo...

Hoy es uno de esos días en que me pones a pensar en cosas que ya debería haber dejado a un lado. Lo malo es relacionar el pasado con lo actual, porque en mi caso, hay cosas que no logro entender.

Hace ya casi un año, me uní en un grupo de Otakus en mi ciudad y allí conocí mucha gente nueva que no pensé nunca que llegarían a importarme tanto. Fui con mi mejor amiga, y enseguida nos integramos y comenzamos a hablar con todos. Allí conocí a un chico que, tras hablar de ese día en adelante con el a través del ordenador, me fue agradando su forma de ser cada vez mas hasta llegar a ser un gran amigo. No se que es lo que me ocurrió, pero en un momento clave de mi vida en que pasaba por circunstancias muy malas para mí, ése chico es quien más estuvo hablando conmigo y me hizo reír, mientras que de las personas que yo creía más importantes, apenas si hablaron conmigo del tema.
Los meses fueron pasando, y en mi grupo, intentaba que las cosas fueran bien entre todos y si pasaba algo, intentaba con todas mis fuerzas arreglar las cosas. Ahora, estos días atrás, no seque ha pasado, pero el grupo ya prácticamente no existe y se ha dividido en dos de mis "mejores" amigos y en yo, mi otro mejor amigo y mis amigos de hace casi un año o incluso menos tiempo.

Lo que vengo a decir con esto, es que veo irónico que la gente a la que apenas conoces sea la que mas cerca de ti están en ocasiones duras. Sobretodo cuando una de esas personas es la persona a la que quieres, que susodicha lo sabe, y que aún así está ahí, al pié del caños en las buenas y en las malas. Puedo decir ahora que el tiempo no cura el dolor, sobretodo si permaneces cerca de la fuente causante, pero en cierto modo, aunque no se que es lo que él piensa de mí exactamente, sé que me quiere como una amiga, que igual que el resto del grupo, soy importante para él, y también lo soy para todos y cada uno de ellos, que cada vez que quedan, se preocupan de llamarme o mandarme un mensaje para avisarme, porque quieren verme y saben que lo dejo todo por ir con ellos.

Con todo esto, les doy las gracias a aquellos que me guardan un rincón, ya no en su corazón, sino en su memoria, porque son esas personas las que verdaderamente merece la pena tener cerca. Esas que cuando te ven mal, hacen lo imposible por arrancarte una sonrisa.

Gracias chicos!

Tania.